INTRODUCCIÓN
El COVID-19 es una enfermedad infecciosa, provocada por un virus de la cepa Corona virus, mejor conocido en la actualidad como COVID-19. Es considerada por la comunidad internacional y agencias de salud pública como una emergencia de salud pública grave, la cual es particularmente mortal en poblaciones y comunidades vulnerables en las que los proveedores de atención médica no están suficientemente preparados para manejar la infección (Dashraath et al., 2020). Al principio del 2019, tanto el virus, como sus efectos, eran totalmente desconocidos por el mundo. Hoy sabemos que tiene una capacidad de propagación extrema y agresiva, provocando en pacientes síntomas tales como: fiebre, tos seca, cansancio, dolor de cabeza, en muchos casos diarrea, y severa congestión de las vías del sistema respiratorio, entre otros efectos sistémicos corporales serios.
Esta enfermedad viral, de rápida transmisión de paciente a paciente, ha logrado trascender desde Wuhan, China, para esparcirse por el mundo entero desde diciembre de 2019 hasta el presente, identificándose como la primera pandemia del siglo XXI. En términos históricos, una de las más serias pandemias fue la Gripe Española al principio del siglo XX. Ésta, en su época, tardó aproximadamente 12 meses en afectar el mundo entero. El COVID-19 solo tardó 90 días para esparcirse por el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en junio de 2020, el COVID-19 alcanzó un total de 8.84 millones de víctimas a nivel mundial, sucumbiendo a ésta 465,460 personas. Por lo tanto, se requiere considerar alternativas de tratamiento pues, al presente, las existentes han demostrado limitaciones en el manejo y supervivencia de los pacientes infectados.
La naturopatía es la ciencia que busca devolver la salud al individuo empleando métodos naturales y alternativos (Pérez-Agusti, 2015). La importancia de los tratamientos alternativos o naturopáticos radica en que la naturopatía se nutre de todos los conocimientos de la medicina ancestral, como la medicina China y la Ayurbeda, y de todos los adelantos y descubrimientos de la medicina moderna.
Esta ciencia promueve la capacidad de potenciar las funciones y capacidades corporales y promover la auto-curación del paciente sin recurrir a fármacos. Son muchos los casos de éxito que ha tenido la naturopatía a lo largo de su historia y cada día son más las personas que optan por tratamientos naturopáticos y/o alternativos sobre los métodos de la medicina alopática (medicina convencional). Este trabajo presenta el manejo de dos pacientes con alternativas naturopáticas.
MÉTODOS
Los pacientes, hombre y mujer, casados entre sí, el hombre de 62 años y la mujer de 61 años, con educación universitaria, considerados, por su edad, dentro del grupo denominado “pacientes de alto riesgo”, que resultan positivos a la prueba molecular de COVID-19. Se siguen los procedimientos éticos, según la adecuada práctica de la naturopatía, para salvaguardar el bienestar de los sujetos. Ambos toman la decisión de no tratar la afección con los métodos convencionales de la medicina alopática considerando que podían, en su opinión, causarles daños adicionales a su condición. Se les orientó sobre las posibles consecuencias de no recibir el tratamiento alopático y optan por someterse a un tratamiento naturopático alternativo, acorde con las mejores prácticas de la naturopatía. A tales efectos, se comienza el tratamiento y se recomienda someterse a un protocolo naturopático diario (Tabla 1), el cual tiene la finalidad de fortalecer su sistema inmunológico y evitar efectos adversos que el virus tiene a nivel sistémico. Dicho protocolo está basado en las indicaciones, no solo naturopáticas, sino también aquellas sometidas y publicadas por el Dr. Michael González y asociados, perito internacional en Vitamina C, para lograr inmunoestimulación y fortalecimiento del sistema inmunológico (González et al., 2005).
De igual forma, en el momento en que la condición se manifestaba en ambos pacientes más agresivamente, en términos sintomatológicos, se procedió a someter a ambos pacientes a un tratamiento homeopático creado con su propio esputo. La homeopatía se define como aquel método terapéutico que se basa en la “Ley de similitud o de lo semejante”, afirmando que una sustancia que provoca determinados síntomas en una persona sana, en cantidad mínima, es capaz de sanar los mismos síntomas en una persona enferma (Pardo García, 2003; Ballester, 1999).
Tabla 1. Protocolo naturopático diario
Nutriente-Suplementos/
Alternativa de manejo |
Dosis | Frecuencia |
Vitamina C (oral) | 9,000 mg. | 3 dosis diarias de
3,000 mg. |
Vitamina D-3 (oral) | 5,000 IU | Diarios |
CoQ-10 (oral) | 1,000 mg. | Diarios |
Infusión de limón con
aspirina |
2 tazas (6 onzas) | Diarias (mañana y tarde) |
Infusión de ajo y cebolla
morada |
3 a 4 tazas | Diarias durante el día |
Aspiraciones de vapor de
alcanfor (presentación comercial común) |
Cada 2 horas | Durante un periodo de 12 horas |
Descanso | Siesta | 30 a 45 minutos diarios |
Homeopático de esputo | 4 gotas | Cada 2 horas |
El procedimiento para crear el homeopático fue el siguiente, acorde con el protocolo sugerido en la literatura homeopática (Ballester, 1999):
- Se tomó una muestra del esputo de cada paciente, manteniendo las reglas de salubridad e higiene requeridas.
- Ambas muestras fueron depositadas en un envase de 10 ml. que contenía una solución con base en alcohol etílico (vodka con contenido de 40 grados de alcohol). III. Ambas muestras fueron dinamizadas 10 veces (envase A).
- Se tomó una gota del producto dinamizado (envase A) y se colocó en otro envase de 10 ml. con la misma base (envase B).
- Se repitió el mismo procedimiento y el producto se denominó/clasificó como homeopático 30X (envase C).
RESULTADOS
Durante la fase activa de la enfermedad, entiéndase sintomática, ambos pacientes informaron que padecieron de leve dolor de cabeza. Ambos mantuvieron un índice de oxigenación corporal que fluctuó entre el 95% y 96%. El paciente masculino experimentó tos al hablar y un poco de dificultad al respirar al momento de la evaluación. La mujer no manifestó síntomas/signos al momento de ser evaluada, salvo la cefalea leve reportada. Ambos pacientes fueron revaluados a los cinco días, luego de la evaluación inicial. Al repasar las recomendaciones, ambos aceptaron haber obviado la vitamina C dentro del tratamiento recomendado. Una vez se les orientó, y entendieron la importancia del ingerir esta vitamina, comenzaron a ingerirla, en las dosis recomendadas en el protocolo sugerido. No se reportaron efectos adversos de la ingestión de la suplementación vitamínica sugerida. Se mantuvo por teléfono un estricto monitoreo para identificar cualquier problema reportado por ambos sujetos. En un plazo de 24 horas, desaparecieron la tos y el dolor de cabeza en el hombre, y la mujer manifestó sentir una franca mejoría en su salud y la recuperación de sus fuerzas. Todo el tratamiento tuvo una duración de 12 días, durante los cuales los pacientes informaron una mejoría sistémica sin reportarse ningún efecto adverso.
DISCUSIÓN
El tratamiento recomendado logró mantener a ambos pacientes en mejoría y fuera de las salas de emergencia de los hospitales. Sin embargo, existía la posibilidad de que, de no seguir el tratamiento recomendado, la afección escalara a una condición más severa, lo que hubiese requerido, posiblemente, el ingreso y hospitalización de ambos y la exposición a un sinnúmero de enfermedades y condiciones que pudieran complicar el cuadro de ambos pacientes por estos encontrarse en el grupo de alto riesgo.
Por otro lado, el reconocimiento de ambos pacientes de que, en un momento dado, no siguieron las recomendaciones sugeridas al tratamiento, según el protocolo naturopático sugerido, pudo provocar que hubiese una disminución en la recuperación. Sin embargo, al darse la orientación para que se siguiera estrictamente el protocolo sugerido, y los sujetos así hacerlo, se dio la oportunidad de comprobar la efectividad de la vitamina C y los demás suplementos/ elementos en el tratamiento contra el COVID-19, como alternativa viable y segura, al menos en estos dos casos.
CONCLUSIÓN
Clínicamente, se debe considerar, como intervenciones viables, el implementar protocolos naturopáticos y alternativos como herramientas de tratamiento. Sugerimos que se realicen más investigaciones, tomando en consideración los
protocolos naturopáticos, y que puedan ser considerados en forma integral, incluyéndolos como complemento de tratamientos a nivel de medicina alopática/tradicional y evaluando su efectividad. Esto debería tener prioridad en la lucha contra el COVID-19.
REFERENCIAS
Ballester Sanza, A., Sanz Franco, M., & Galán Graub, E. (1999). Homeopatía: Fundamentos científicos. Hemeroteca, Valencia, España.
Dashraath, P., Jeslyn Wong, J. L., Karen Lim, M. X., Lim, L. M., Arijit Biswas, S. L., Choolani, M., Mattar, C., & Su, L. L. (2020). Enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), pandemia y embarazo. Soy J Obstet Gyneco. 222 (6) 521-531. doi:
10.1016/j.ajog.2020.03.021
González, M. J., Miranda-Massari, J. R., Mora, E. M., Guzmán, A., Riordan, N. H., Riordan, H. D., Casciari, J. J., Jackson, J. A., & Román-Franco, A. (2005). Orthomolecular oncology review: ascorbic acid and cancer 25 years later. Integr Cancer Ther 4(1):32-44. doi: 10.1177/1534735404273861
Pardo García, A. (2003). Descubra las virtudes de la Homeopatía. GIDESA, Buenos Aires, Argentina.
Pérez-Austi, A. (2015). Homeopatía Sencilla. Ediciones Master, España. Copyright 2021 Non-Profit Evaluation & Resource Center, Inc.
Colaboració y desarrollo
Ramírez, E. & Rodríguez, J. Scientific International Journal™
Edgardo Ramírez Cedeño, MS, MNS
Profesor
Programa de Ciencias de la Salud
NUC University
Recinto de Manatí
Manatí, Puerto Rico
[email protected]
José R. Rodríguez Gómez, MD, PhD, MPH
Catedrático e investigador
Programa de PhD Psicología Clínica
Universidad Carlos Albizu
Recinto de San Juan
San Juan, Puerto Rico
[email protected]